La profesión
de Trabajo Social se ha orientado a ser, entre otras cosas, un potencial
administrador del Bienestar Social. Entendiendo por este, a un profesional con
capacidad y habilidad para coordinar recursos y esfuerzos y acercar a la
sociedad, los factores de desarrollo que le permitan elevar sus niveles de
vida.
Es
por ello que la administración, así sin apellidos, le proporciona al Trabajador
Social en su formación académica, los instrumentos técnicos, sistemas y
elementos que le capacitan para hacer de esta actividad interdisciplinaria, una
herramienta adecuada para fortalecer su vocación de servicio y de apoyo a la
sociedad.
Y aunque a la administración es posible estudiarla
desde los enfoques que derivan de las varias disciplinas o escuelas que le han
sustentado a través del tiempo, es
importante mostrar, desde ahora, aquellos rasgos característicos que la
distinguen y que la complementan con las demás ciencias humanas.
La
administración es para en Trabajador Social: única e indispensable. Es un
proceso social y como tal, debe de analizarse y comprenderse. Sólo de ese modo,
en cada una de sus etapas y fases, será posible determinar en cuales aspectos
sirve al Trabajo Social y en qué momentos es éste quien le ayuda a la
realización de sus objetivos comunes.
Se ha dicho que el
objeto de la administración es la sociedad y en el caso de esta disciplina
social es el ser humano, así entre ambas se coordinan y se complementan para
mejor servir a la superación de los individuos y de los organismos a los que
sirven.
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